¡Ay Señor!. Es que soy muy joven y no sé hablar...

“Yo le contesté: ¡Ay Señor!. Es que soy muy joven y no sé hablar.  Pero el Señor me dijo: “¡No digas que eres joven. Irás a donde yo te mande y dirás lo que yo te ordene.  Jeremías 1, 6-7

Las disculpas o excusas para responderle a  Dios y a su llamado no han cambiado en siglos, en especial las referidas con la edad, 'que soy muy chico', 'que soy muy joven', 'que soy muy viejo'.  Cuando el buscar pretextos para no servir es constante, se vuelve un deporte, sea para con Dios,  o para con todo.  Dios pone en jaque a Jeremías cuando le deja claro, que su excusa de ser joven, para Dios, pasa más bien a ser requisito. (No me digas que no te llame porque eres joven, es porque eres joven te estoy llamando). El llamado no tiene edad, pero al tratarse de los jóvenes es parte esencial del llamado.  No esperes un show pirotécnico, o un coro de ángeles para estar seguro de ti. Dios te ama, y eso implica que Dios te llama, no importa tu edad, su llamado es ahora, y tu respuesta simple es ahora también.